Una vez que hemos reflexionado sobre todos estos aspectos, si nos decidimos a traer un cachorro a casa debemos dilucidar el modo de adquisición, es decir, si queremos adoptar o comprar. Ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes. En todo caso, cualquier decisión es buena si la tomamos con responsabilidad.
Compra: Generalmente, los perros destinados al comercio son perros de raza. Un perro de raza puede satisfacer todo tipo de gustos- aunque éstos siempre estarán condicionados por el hecho de que una raza debe cumplir unos estándares-. Aparte de las cuestiones específicas de cada raza, como norma común debemos tener en cuenta que el tamaño, las características físicas y el carácter suelen ser previsibles- en función de la carga genética que conocemos, por supuesto-. Si optamos por uno de raza, también podemos disponer de más información previa acerca de su alimentación o de necesidades de cualquier clase que pueda tener. Por otro lado, son perros más propensos a sufrir enfermedades congénitas y también son menos resistentes a algunas enfermedades que los perros mestizos.
Adopción: Los perros que más se adoptan son los mestizos, y la mejor característica de los mestizos es que son únicos e irrepetibles. Es cierto que no tendremos a priori información segura de cuáles van a ser sus características tanto en el comportamiento como en la morfología, pero, si optamos por la adopción de un mestizo, normalmente tendremos un perro que a menudo conservará lo mejor de la raza y que será menos propenso a heredar algunas enfermedades y defectos. En los mestizos es la naturaleza la que hace la selección genética- no el humano-, y es general opinión, de que ésta pocas veces se equivoca.
Para elegir bien deberemos meditar y dejarnos asesorar para saber qué perro se adaptará mejor a nuestras características y formas de vida. Conviene consultar con un veterinario, quien nos hablará sobre el tipo de perro o sobre la raza que mejor convendrá a nuestra situación familiar o a nuestro espacio en el hogar. Él nos ayudará a resolver cualquier duda que tengamos. Posiblemente ésta sea una de las visitas más importantes que vayamos a hacer al veterinario a lo largo de la vida de nuestro futuro perro.
Un perro nos acompañará durante muchos años de su vida. En este tiempo habrá muchas personas que pasen por separaciones, cambios de pareja, nacimiento de hijos, cambios de casa, de trabajo, de ciudad o de situación personal. Si al decidir traer un perro a casa no estamos del todo dispuestos a que nos siga, en todos los cambios que puedan darse en nuestra vida, es mejor que no tengamos un perro. El perro es nuestra responsabilidad.
