Todo lo que no sabías del GALGO ESPAÑOL (o LEBREL ESPAÑOL)

Pertenece al grupo de los rastreadores.

Su aparición en la península ibérica es muy antigua; algunos firman que lo introdujeron los celtas y otros se lo atribuyen a los romanos, pero lo que sí está claro es que se trata de una raza dedicada a la caza en general, que con el tiempo se especializó en la caza de la libre a la carrera y posteriormente se empleó en competiciones deportivas siguiendo un señuelo. Durante mucho tiempo estuvieron aislados, pero en la actualidad muchas asociaciones se dedican al rescate de estas criaturas, consideradas durante mucho tiempo simples herramientas, y buscan familias para darlos en adopción.

Foto: Sergio Catala

Es un rastreador visual, de buen tamaño, de esqueleto compacto con tórax amplio y vientre recogido, con extremidades aplomadas y musculosas. Extremadamente agil y rápido, tiene una gran resistencia y velocidad.

Actualmente empieza a conocerse como animal de compañía; su carácter es retraído y serio, disfruta de la vida hogareña, siendo muy afectuoso con todos los miembros de la familia, incluyendo otras mascotas. Es afectuoso, gentil, independiente y algo reservado o indiferente con los extraños.

Fisionomía

Cabeza larga, enjuta y seca, hocico alargado y fino con trufa de color negro.

Ojos pequeños de forma almendrada y oblicuos, de color avellana con mirada tranquila

Cuello musculoso pero ligero. Porta la cabeza elegantemente. Orejas de implantación alta y con base ancha, de forma triangular.

Foto: Sergio Catala

Cola de inserción baja, siendo ancha en la base y afinándose hacia el extremo; la lleva baja y situada entre los muslos.